La radiación ultravioleta tiene la capacidad de destruir gérmenes (gérmenes, virus, bacterias, hongos, moho, etc.) en fluidos y superficies. La radiación UVc atraviesa la membrana citoplasmática de la célula y penetra en el núcleo. Cuando las células se dividen, el ADN no puede replicarse ni reproducirse. La estructura molecular del ADN se rompe y vuelve inocuo al microbio, sin modificar los criterios físico-químicos del fluido y sin generar contaminantes residuales. El tratamiento ultravioleta es una solución ecológica.

Los microbios, los virus y las bacterias son especialmente sensibles a los rayos UV, así como las plantas inferiores, como las algas, los mohos y sus esporas. Dependiendo de la cantidad de energía UVc recibida, la célula viva será esterilizada (efecto bacteriostático) o destruida (efecto bactericida) para una máxima purificación:

  • Efecto bacteriostático: en el caso de una absorción moderada de energia UVc, permite a la célula continuar viviendo, sin poder reproducirse. Esta célula es pues condenada a desaparecer
  • Efecto bactericida: en el caso de una absorción de energía superior a una determinada dosis, permite la destrucción de la célula. Desorganización de la célula por ruptura de las membranas nucleares
Tratamiento ultravioleta

Ondas 315 a 400 nm (UVa) :

Actúa sobre el bronceado.

Ondas 280 a 315 nm (UVb) :

Se utiliza en el tratamiento de enfermedades de la piel.

Ondas 200 a 280 nm (UVc) :

Desactiva bacterias, virus y esporas.

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