Como todos productos frescos, las flores cortadas son extremadamente frágiles y perecederas. Necesitan entonces manipulaciones así como tratamientos específicos a fin de asegurar una presentación y una preservación óptima antes y durante la puesta en marcha. En general, las flores son almacenadas en recipientes con agua de conservación y puestas en cámaras frías antes de pedidos para expedición en cajas de cartón.
En cierta atmósfera confinada y húmeda, las flores pueden desarrollar un moho en el pétalo (Botrytis Cinerea) que las vuelven no aptas para la comercialización. Las flores pueden estar contaminadas por este hongo por medio del aire, el agua o a través del contacto directo con otras flores atacadas.
Este microorganismo, que se desarrolla incluso en locales refrigerados (en frío positivo), es responsable de importantes pérdidas en las flores, debido a una mala conservación.